El tango argentino nace a caballo de los siglos XIX y XX, pero es en 1917 cuando triunfa con Carlos Gardel en el antiguo teatro Esmeralda de Buenos Aires, hoy Maipo, con el tango Mi noche triste.
Además de un género musical, el tango es un modelo de identidad con más de 100 años de antigüedad. Desde sus comienzos en los prostíbulos del arrabal porteño de Buenos Aires hasta la aparición de Astor Piazzolla, su historia va ligada al entorno político y social de Argentina, especialmente de Buenos Aires.
Enrique Santos definió el tango como “un pensamiento triste que se baila”, y yo me pregunto: si el baile es seducción, pavoneo y erotismo ¿por qué es triste? Debe ser porque el tango refleja el paso del tiempo, la nostalgia, la amistad y, cómo no, el amor.
El tango es melancólico y nostálgico, frustración y angustia existencial, la propia vida.
Musicalmente hablando y, de baile, en particular podemos decir que el compás del tango, en el argot popular, es de 2/4 (dos por cuatro) este el compás más común del tango aunque los expertos hablan de un 4/4 (cuatro por cuatro) a efectos de pentagrama. Lo más importante para ser un buen tanguero es «caminar el tango» y eso significa bailar dentro del compás.
Elementos y movimientos típicos de tango a partir de los que se componen las figuras y coreografías:
